Como ya he hablado en un post anterior, dejar de tocar un día a la semana es tan necesario como la práctica en sí. Sin embargo, para muchos músicos se convierte en un suplicio.
¿Por qué?
La mente puede ser tu mejor aliado o tu peor enemigo. Por esta razón conviene conocerla bien y no alimentarla si se trata de pensamientos negativos y/o destructivos. En el caso que nos atañe, generalmente suele enviar mensajes inconscientes tales como:
“¿Qué hago si no toco? ¿Debería tocar? ¿Realmente necesito descansar? ¿Estoy perdiendo el tiempo? ¿Seré peor músico si no estudio todos los días? ¿Estarán estudiando mis compañeros? etc”
O
“Soy un vago por no estudiar todos los días, mañana voy a tener que hacer trabajo doble para recuperar mi técnica, la gente va a pensar que no soy un buen músico porque no estudio lo suficiente, con todo lo que tengo que estudiar y yo aquí sin hacer nada…etc”
Este discurso de pensamientos no te ayuda a conseguir un óptimo descanso. Como ya he dicho en un par de artículos anteriormente, para un correcto descanso se necesita cierto equilibrio entre cuerpo-mente. Por ello, esta corriente de pensamientos en forma de preguntas y/o afirmaciones, puede convertir tu día libre en un despropósito. Tus pensamientos obstaculizarán en todo momento tu intento de reponer y refrescar tu energía. Además, este constante flujo de mensajes boicoteadores producen malestar e inquietud permanentes, lo cual desemboca en infelicidad.
¿Puedo cambiar mis pensamientos?
Por supuesto que puedes cambiar tus hábitos mentales. Pero también tienes que tener en cuenta que tus pensamiento actuales son el fruto de unos hábitos mentales adoptados poco a poco y durante años. Por esta razón, estos cambios necesitan su tiempo y un buen trabajo compuesto de:
- Compromiso
- Consciencia
- Paciencia
1. Compromiso:
Es importante que cada vez que emprendas algo, adquieras cierto compromiso para realizarlo, ya que si no, desistirás al primer obstáculo que se presente en el camino. Sin embargo, si tu determinación es fuerte, te levantarás con motivación tras cualquier caída que se pueda producir durante el trayecto.
En este caso en concreto, una vez que te hayas comprometido a realizar cambios en tus hábitos mentales puedes dar paso a la siguiente fase.
2. Consciencia:
Escucha tus pensamientos con objetividad, sin obsesionarte ni juzgar lo que oyes.
Por ejemplo:
Ante la afirmación: «Soy un vago», puedo continuar con lo siguiente – «Durante el resto de días he trabajado mucho y ahora me merezco un descanso para recuperar mi energía física y mental y, así, poder retomar la práctica con las pilas recargadas».
El acto de escuchar y mirar de forma consciente tus pensamientos, provoca la ralentización del flujo inconsciente de los mismos y, por tanto frena esa corriente de mensajes saboteadores. Al principio es difícil romper el bucle de forma definitiva ya que éste se volverá a formar por sí solo. Pero con el tiempo, a base de enviar nuevos mensajes a nuestra mente, ese bucle se irá moldeando adquiriendo nuevas formas. Esas nuevas direcciones crearán otros patrones de pensamiento que tú mismo has ido sembrando de forma consciente y más saludable.
3. Paciencia
Quiero dejar claro que los hábitos mentales no son fáciles de cambiar. Con esto no quiero desalentarte, sino todo lo contrario. Te animo a que seas paciente en escuchar tus pensamientos. El hecho de que no veas resultado inmediato en tus intentos de reconducir tu discurso interno, no quiere decir que estés haciendo algo mal o simplemente que no sirve lo que haces. Ten presente que todo intento de reconducir tus hábitos de pensamiento hacia una manera más saludable, siempre tiene su fruto, aunque quizá no inmediatamente.
También has de saber que habrá días en los que todo parecerá más fácil y tendrás la sensación de haber avanzado mucho. Por el contrario, habrá otros días que, ni poniendo empeño, las cosas salen. Piensa siempre en positivo y si en algún momento no lo consigues, intenta no darle vueltas a las cosas que no te benefician y espera a que sea otro día 😉
Hasta aquí el artículo de hoy. Espero que te haya servido.
Me encantaría conocer tu experiencia con este tema, así que te invito a que dejes tu comentario.
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¡Sé feliz!
Muy interesante post, Elvira!
A lo que ya propones, yo añadiría, como una propuesta, la creación de hábito de observar los pensamientos con tranquilidad, sin involucrarse en su flujo incesante.
Al principio cuesta y nos atrapan una y otra vez, pero con el tiempo y cierta práctica aprendemos a distanciarnos de ellos, a verlos pasar, a no asustarnos por tener tal o cual pensamiento.
Gracias por este post! Un abrazo!
Muchas gracias por tu comentario, Victor!
Lo que propones quise hacerlo ver al hablar de «escuchar los pensamientos sin juzgarlos» pero quizá no fui lo suficientemente clara o debí desarrollarlo más detalladamente.
Gracias por tu aportación.
Un abrazo!
Elvira