Hoy en día tenemos en el mercado una amplia oferta de actividades para hacer. Quizá por eso, en ocasiones, nos cueste tomar una decisión a la hora de decidirnos por una en concreto. Si en tu caso estás dudando si apuntarte o no a yoga, mi recomendación es que te apuntes. Es una actividad que te va a enriquecer física, mental y espiritualmente.
¿Qué es el Yoga?
Es muy difícil definir lo que es el Yoga con mayúscula, pues se trata de una experiencia personal distinta para cada individuo.
Por supuesto que se puede dar una definición descriptiva de lo que es el Yoga. Se trata de una disciplina milenaria que nació en la India. A través de una serie de prácticas, se busca el equilibrio interno y externo del ser humano para dirigirlo hacia una vida más plena y feliz.
Sin embargo, desde mi punto de vista, esta definición sería sólo la punta del iceberg. Pongamos como ejemplo la Música. Según la RAE, la Música se define como:
“El arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad”.
Esta definición parece entenderse perfectamente porque ya antes hemos escuchado música. Sabemos qué es emocionarse escuchando una melodía, sabemos que es ponerse nervioso con un ritmo concreto y sabemos cómo una canción determinada puede cambiar nuestro estado de ánimo en cuestión de segundos. Sin embargo, para alguien que nunca escuchó música, ¿crees que la definición del diccionario sería suficiente?¿Cómo explicarías a alguien cómo suena, por ejemplo, La Primavera de Vivaldi?
Con el Yoga pasa algo muy similar. Estamos bombardeados de información, carteles, cursos, artículos, libros, etc. Sin embargo, si realmente nos interesa, además de leer, debemos dar el gran paso y comenzar nuestra propia aventura con el Yoga para comprenderlo mejor. Un camino que no será siempre de color de rosa, pero que nos aportará un mayor conocimiento de nosotros mismos y del mundo en el que vivimos y aprenderemos herramientas para una vida más equilibrada y feliz.
Ya lo decían los grandes maestros:
“El Yoga es un 99 por ciento de práctica y un 1 por ciento de teoría”
¿Cómo empezar?
Si llevas tiempo queriendo empezar a practicar Yoga, hazlo. Busca un centro que te dé confianza o a un profesor particular que esté formado en la materia y sé constante y, sobre todo, paciente. Te sugiero que dejes las expectativas a un lado y te limites a practicar con consciencia y humildad. Estos ingredientes te serán muy útiles para avanzar en tu práctica.
Quiero empezar pero…
Esta frase me suena a dos cosas: excusa y/o miedo a lo desconocido. A menudo escucho esta frase en los labios de personas que quieren practicar yoga, sin embargo no lo hacen. Me dicen frases como: quiero empezar pero no tengo flexibilidad, otros que son muy flojos físicamente, que no saben relajarse, que no saben respirar, que no tienen tiempo, etc.
Quiero decir a todo el que piense así que cuando uno no sabe algo y quiere aprenderlo tiene que dar el primer paso, que es, empezar. Una vez dentro se va adquiriendo conocimiento y práctica y no hay que sentirse inferior o peor si no sale a la primera. Es cierto que da pavor enfrentarse a uno mismo, pues dicen que los mayores fantasmas los creamos nosotros. Hoy en día está muy de moda la frase “sal de tu zona de confort”. Esto es simplemente que practiques de forma correcta aquello que más te cuesta y no te quedes siempre con los ejercicios que mejor te salen y donde más cómodo estés. ¿Quiere decir esto que tengo que ser masoca? Rotundamente, No. Esto quiere decir que, progresivamente, vas a ir incorporando dificultades en tu práctica ya sean físicas y/o mentales sin olvidarte de disfrutar del proceso. ¿Y por qué voy a salir de mi zona de confort? Pues porque todo aquello que practicas en las sesiones de yoga, se trasladan a tu vida cotidiana y esos límites que vas ampliando con tu rutina yóguica, van ampliando también tus límites mentales, familiares, sociales, etc.
¿Qué necesito para mi práctica de yoga?
En primer lugar te diré que dejes a un lado las expectativas y vayas con actitud abierta. De esta manera tu mente estará más receptiva.
En cuanto al equipo, necesitas simplemente ropa cómoda y elástica y una esterilla de yoga antideslizante. Como material opcional puedes llevar calcetines antideslizantes si no quieres practicar descalzo y una manta para el relax si eres friolero.
Ya lo he probado y no es para mí
Si este es tu caso, puede deberse a varias cosas:
- Que no es el momento de comenzar con el yoga, quizá más adelante. Cada persona es un mundo y tiene sus propias circunstancias vitales que le guían en una u otra dirección. En este momento, quizá, la dirección es hacer una pausa, ir al gimnasio, hacer alguna otra actividad física, etc.
- Que el tipo de yoga que has elegido no vaya con tu personalidad y necesites buscar otro estilo de yoga. Actualmente hay muchas modalidades.
- Que no conectes con el profesor y eso haga que no disfrutes de tu sesión de yoga o que le saques el máximo rendimiento a tu práctica.
Así que, si estás dentro de este grupo de personas, quizá puedas darle una segunda o tercera oportunidad al yoga más adelante. Eso depende de ti.
¿Y si tengo lesiones?
En caso de lesión o dolencia te voy a dar tres pasos a seguir:
- Hazte las pruebas médicas pertinentes y pide un diagnóstico claro al médico.
- Informa a tu profesor de yoga de tus lesiones, dolencias, patologías, etc. Así, el profesor tendrá en cuenta que cosas evitar para que no te hagas daño y que puedas avanzar en tu práctica sin riesgo de empeorar.
- Sé prudente y practica con sentido común para no lesionarte tú mismo. Simplemente respeta tu propio cuerpo y no fuerces aquellas posturas en las que sientas dolor. Avisa al profesor si alguna postura o asana no te está sentando bien. El profesor está ahí para asistirte en todo lo que él pueda y sepa.
Hasta aquí el post de hoy.
Espero que te haya gustado. Deja tu comentario y comparte tus experiencias haciendo yoga. Si tienes alguna pregunta o consulta personal, puedes escribirme a montielguirado@gmail.com
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Pasa un buen día.
Namasté 🙏