En el post de hoy quiero hablarte de 6 elementos que no deberían faltar en tu estudio diario instrumental. El hecho de incorporarlos a tu rutina y hacerlos habituales, te proporcionará mayor y mejor rendimiento en tu práctica.
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Calentamiento físico
A menudo vamos hasta arriba de tareas diarias para hacer y el tiempo no es, precisamente, aquello de lo que más disponemos. Es por eso que quizá pienses que prescindir del calentamiento físico antes de tu práctica instrumental te permitirá ahorrar tiempo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Calentar tu cuerpo es prepararlo para la actividad que va a realizar a continuación. Sin calentamiento, el cuerpo entra bruscamente en la tarea y, lo más probable es que se fatigue e, incluso, que se tense con más facilidad durante la práctica. Con tan sólo 5 minutos de movilidad corporal, podemos evitar tensiones innecesarias y una mayor comodidad corporal durante la práctica y, por tanto, mayor rendimiento.
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Organización
Es importante que tengas tu propia planificación del estudio diario. Si no quieres hacerlo cada día, puedes elaborar un plan semanal en donde escribas qué hacer cada día. No te limites a apuntar únicamente los ejercicios a practicar, sino también los objetivos que quieres conseguir y los tiempos. De esta manera evitarás que tus sesiones de estudio sean demasiado largas y/o tediosas.
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Concentración
El calentamiento físico y la organización del estudio ya te ayudan a focalizarte en un objetivo concreto al empezar la práctica. Sin embargo, a lo largo de la sesión, la concentración va disminuyendo por cansancio, aburrimiento o, simplemente, falta de motivación. Así que, te recomiendo seguir tu plan sin perder de vista los objetivos que quieres conseguir. No te encierres en una práctica basada en la repetición inconsciente de pasajes o en la simple ejecución de notas sin sentido. Esto no te llevará a ningún puerto y, además, podrías desarrollar hábitos que quizá no te beneficien física ni musicalmente.
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Pausas
Este punto es muy importante e imprescindible. Las pausas son tan necesarias como la práctica en sí. De hecho deberían estar anotadas, con sus tiempos y todo, en el plan de estudio del que hablamos más arriba. Un organismo cansado física y mentalmente deja de rendir y lo que intentemos hacer en ese momento no será igual de productivo. Además, en el momento en el que el organismo empieza a fatigarse, el riesgo de lesión o acumulación de tensión muscular, aumenta. Así que, no te olvides de hacer tus pausas cada cierto tiempo. Se recomienda hacer una pausa de entre 5 y 10 minutos cada media hora de práctica, sin embargo, si estás atento, tu propio cuerpo y mente te avisarán de cuándo necesitan un breve descanso.
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Agua
Nuestro cuerpo está compuesto de, aproximadamente, un 70% de agua. Mantener tu cuerpo hidratado te va a aportar una serie de beneficios que te ayudarán también al rendimiento en tu práctica. La hidratación permite que el corazón pueda bombear la sangre con total libertad y que los nutrientes y el oxígeno se repartan correctamente por el organismo y, también, por los músculos. Como resultado te sentirás más fuerte y enérgico y con la mente más lúcida durante tu estudio instrumental. Así que, ten siempre una botella de agua en el lugar donde estudies y bebe pequeños sorbos a lo largo de tu sesión. Procura que el agua no esté demasiado fría para que el organismo pueda asimilarla mejor.
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Papel y lápiz
Dicen que más vale lápiz corto que memoria larga. Así que, una libreta y un lápiz o bolígrafo te van a ser muy útiles. En la libreta puedes anotar aquellos aspectos que durante la práctica no terminan de convencerte como resultado y que quieras tener en cuenta para el día siguiente, como por ejemplo: relajar más el cuello, mejorar la calidad del sonido, pulir un pasaje determinado, etc. De esta manera, al día siguiente podrás focalizarte en estos apuntes y seguir con tu práctica por donde te quedaste. Estas notas serían una manera de enriquecer y personalizar con más precisión tu plan diario de estudio. De esta forma, evitarás ir a la deriva y mantenerte siempre enfocado en la dirección que tú quieres.
Hasta aquí el post de hoy.
Espero que la puesta en práctica de estos 6 elementos, o alguno de ellos, te sirva para mejorar tu rendimiento en el estudio instrumental.
Si quieres compartir cuáles son los elementos de tu práctica o comentar alguna otra cosa al respecto, estaré encantada de leerte.
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¡Muchas gracias!
Hasta el próximo artículo 😉